Después de varias especulaciones sobre el nuevo proyecto del equipo de "Aquí no hay quien viva", ayer presenciamos el resultado.
Se había creado mucha espectación y finalmente Telecinco decidió programar la noche perfecta. Por un lado teníamos el final de temporada de "Aída" y por otro el comienzo de "Lo que se avecina".
La cadena hizo una jugada fantástica al intentar enganchar a la audiencia de "Aída", enlazando con la nueva serie y con más de media hora sin cortes de publicidad.
El experimento les salió bastante bien ya que consiguieron mantener a 4.161.000 espectadores (28'8%) hasta cerca de la 1 de la mañana, convirtiendo a la serie en el mejor estreno de ficción del año.
Se había comentado una y otra vez, que ningún personaje se parecería a los anteriores, entre otras cosas por los derechos que aún tiene Antena 3 sobre ellos y lo cierto es que salvo en pequeños detalles como el nombre, son prácticamente iguales.
El nuevo conserje destartalado, perezoso y propietario de una cochambrosa carabana, fue en su día el conserje suplente destartalado, perezoso y propietario de un cochambroso coche.
El jardinero ex-convicto en rehabilitación, fue un ex-yonqui en rehabilitación.
La familia formada por una peluquera excéntrica, un responsable concejal con vistas a la alcaldía y un hijo rebelde, fue formado en su momento por una enfermera excéntrica, un responsable profesor con vistas a ser jefe de estudios y un hijo rebelde.
Y así podemos ir encontrando grandes similitudes (no olvidar el nuevo trio de jubiladas) entre los nuevos y antiguos personajes e incluso en las cortinillas musicales que muestran las escaleras y los letreros de las casas y que sirven para cambiar de escena.
Este primer episodio resultó un poco insulso, aunque para ser sinceros, se asemeja bastante al de "Aquí no hay quien viva", cuyo único fin es el de presentar personajes y en el que apenas hay tiempo para introducir ninguna trama.
Otro aspecto a destacar como negativo es el relacionado con la puesta en escena. La serie cuenta con un presupuesto mayor y eso se nota tanto en los grandes y fríos decorados como en la cabecera generada por ordenador, que desentonan mucho con los que ya habíamos visto antes y que despedían un tufillo a cutre y reducido que le daba más personalidad y mantenía a los personajes más unidos en escena.
Ya se sabe que las comparaciones son odiosas y otra cosa no, pero comparaciones con su difunta hermana tendrá para mucho tiempo, al menos el que la audiencia le conceda.
Ahora toca la parte buena y es que la serie promete convertirse en la nueva "Aquí no hay quien viva" y algunas situaciones planteadas, pueden dar lugar a los disparates a los que nos tenían acostumbrados: las jubiladas ocupas, las tiranteces creadas con los vecinos, la peluquería que promete convertirse en la nueva sede de "radio patio"...
Esperemos que los guionístas se pongan rápido al tema y no generen el desinterés del espectador, que dicho sea de paso, no suele dar segundas oportunidades.
No hay comentarios:
Publicar un comentario