viernes, 4 de enero de 2008

[Crítica] Segunda temporada de "Me llamo Earl". Séptima parte

Último artículo dedicado al repaso de la segunda temporada de la serie, con el que nos despedimos (por ahora) de nuestro buen amigo Earl Hickey.


2x20 Dos bolas, dos golpes


Earl se convirtió en un héroe cuando en un arrebato de hombría golpeó a "Little Chubby" en sus partes íntimas. Desde ese momento Chubby dejaría de ser un ser despreciable para convertirse en una buena persona.
A pesar de ello, Earl necesita tacharle de su lista y para ello ha de devolverle su hombría, aunque eso traiga al viejo Chubby de vuelta.

En este episodio, Earl vuelve a ponerse manos a la obra con su lista y el siguiente a quien tiene que compensar es a "Little Chubby", un nuevo personaje bastante "freak", pero que da pie a muchos y divertidos momentos.
El paso de "Little Chubby" de capullo integral a buena persona, para luego volver a ser un capullo integral, hacen de este episodio uno de los mejores, eso sí, siempre después de "Al sur de la frontera", "Ponen nuestro polis" y alguno más.


2x21 Certificado de estudios


Earl está decidido a recuperar el tiempo que perdió en el instituto y una vez allí, se encuentra a un montón de estudiantes fuera de sí y a un profesorado totalmente desmoralizado.
Aunque cree que hacerse amigo suyo y darles clase de una forma diferente es la solución, pronto se da cuenta de que la venganza es la mejor solución.

Divertido episodio en el que vemos a Earl disfrutando como un enano junto a un grupo de profesores, a los que enseña un montón de gamberradas para vengarse de sus odiosos alumnos, hasta que se les va de las manos.
La escena en la que preparan la "novatada definitiva" y que acaba con la explosión del coche de un alumno, no tiene precio.


2x22 Conseguir un trabajo de verdad


Earl ha tomado la decisión de incluirse a sí mismo en la lista y para poder compensarse, debe encontrar un trabajo, una casa y cualquier cosa relacionada con una persona madura.
Por primera vez, tendrá que intentar aguantar en un trabajo, pero lo que parecía algo imposible, pronto se convierte en un reto, por su deseo de ser vendedor.

La serie se acerca a su final y lo hace de la mejor manera, con un episodio lleno de impagables gags, como el de cuando estropean la corbata de Earl y este se la grapa, los argumentos que da a los clientes para venderles electrodomésticos, o esa épica escena en cámara lenta con nuestro amigo descargando un camión bajo la lluvia.
No podemos olvidarnos tampoco de las gamberradas que Randy le gasta a su hermano, para integrarse en el grupo, pero que siempre acaban con un "perdón Earl".

2x23 El juicio


La vida de Earl no podía ser mejor, ya que ha logrado graduarse, conseguir un buen trabajo, tener una casa propia y una relación de pareja con la abogada de Joy.
Pero todas esas recompensas por su recién adquirida madurez, peligran cuando Earl toma una drástico camino para librar a su exmujer de la cárcel.

Agridulce episodio cuyo único responsable de las pocas sonrisas que podamos echarnos, es Darnell.
Hemos visto muchas veces a Earl en apuros, sin dinero, detenido, atrapado, o incluso en la cárcel, pero en ninguna de esas ocasiones había sido tan amargo el resultado.
Pero bueno, es mejor pensar que Earl Hickey es el Clark Kent de Candem, cuya vida nunca podrá ser plenamente feliz y cuyo único legado será darlo todo por ayudar a los demás.


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