martes, 7 de abril de 2009

La Mujer Biónica: Lo que pudo y no fue

Si por algo se recordará el pasado año televisivo, además de por la huelga, fue por la gran cantidad de "grandes apuestas" que acabaron por cancelarse prematuramente.


Si por algo se recordará el pasado año televisivo, además de por la huelga de guionistas, fue por la gran cantidad de "grandes apuestas" que acabaron por cancelarse prematuramente.
En algunos de los casos dicha huelga y una cierta desesperación del espectador ayudaron mucho a que sucediera lo inevitable, pero en el que ahora nos ocupa fue un cúmulo de fatales decisiones por parte de los creadores y un mal desarrollo en la trama que consiguió lo que nunca debe hacer una serie: Aburrir antes del tercer episodio, ya que si esto pasa, la serie está oficialmente sentenciada por el espectador.

Como ya sabemos, esta no es más que una revisión de una antigua serie que funcionó muy bien en su época y que contaba las desventuras de una joven que tras sufrir un accidente de paracaidismo es sometida a una intervención que le dota de habilidades tan sobrehumanas como una velocidad y fuerzas increíbles, usando así sus dones para combatir el mal.
Las reglas estaban establecidas, la historia era de sobra conocida por el público y lo único que la cadena tenía que hacer era coger eso y ponerlo en las manos adecuadas para modernizarlo y adaptarlo a nuestra época.

Fue ahí donde entró David Erick, el productor ejecutivo de "Battlestar Galactica" que supo darle al episodio piloto el "toque Battlestar", con ese particular estilo visual de imágenes en movimiento a lo documental, grano intencionado, exceso y predominio de una gama de colores en según que escenas y demás florituras.
Todo ello acabó con un inicio la mar de prometedor que no tardaría en convertirse en un soberano coñazo a partir del segundo episodio.

La razón por la que la serie pegó un bajón considerable desde su segunda entrega fue por la mala decisión de contar historias y tramas que poco se centraban en los poderes biónicos de Jamie Sommers, la protagonista y que eran más dignas de episodios autoconclusivos de relleno de mitad de temporada que de inicio (si tenían esto para el principio ¿qué podría esperarnos en el episodio quince?).
De acuerdo en que hay poco que rascar en la trama inicial una vez que la protagonista conoce su veredero potencial, pero optar por limitar sus habilidades a un par de saltos y un superoído y no mostrar más de su proceso de adaptación, aceptación y preparación, para optar por enseñarnos misiones que no son nada interesantes ni dignas de una serie de acción, es todo un error.
Eso sin contar que o bien el presupuesto era muy bajo (poco probable), o este no se destinaba a la acción y efectos especiales más allá de ocultar un par de cables.

Si a la historia, que es lo más importante, le añadimos un reparto en el que el único que se salva es el genial Miguel Ferrer (Crossing Jordan), mal vamos.
Michelle Ryan hace lo que puede y no desentona del todo en las escenas que su personaje comparte con su hermana, pero no es la más apropiada para un papel de heroína a la fuerza.
Contar con un Isaiah Washington (Anatomía de Grey) al que aún le rondaba el escándalo homófobo por el que había sido despedido del serial de ABC y que en ese momento no caía en gracia a los espectadores, fue un error y si para colmo su personaje es total y necesariamente prescindible poco más se puede hacer.

El resultado final fue una única temporada inconclusa de ocho episodios, uno de los fiascos más sonados de la temporada y un paso por nuestro país en las madrugadas de TVE del que nadie se enteró, el obligado de Digital + y una edición en dvd de dos discos bastante cara y que sale a unos cuatro euros por episodio (ahí es nada).

Lo que podían haber hecho para seguir aún en antena no es fácil de decir, pero si hubiesen optado por preparar una interesante trama de continuidad que se centrase en el rollo biónico (aunque hubiesen metido episodios autoconclusivos), un desarrollo mayor de las habilidades de la protagonista y un mayor uso de los efectos especiales y escenas de acción, podrían haber durado más.
Como ejemplo opuesto tenemos "Las Crónicas de Sarah Connor" que en su recorte a nueve episodios en la primera temporada supo aparcar tramas secundarias y relleno para concentrar lo importante de lo que hubiese sido una temporada normal en menos de la mitad de episodios.

2 comentarios:

Diego del Pozo dijo...

Menudo fiasco me resultó la serie. Ceo que aguanté hasta el 5º y no pude más. Mira que Sarah Corvus me encantó (lo que toca Katte es oro) pero nada, la serie merecía etse final...por mala y aburrida.

Iñaki dijo...

Yo creo que solo vi los primeros 10 minutos del piloto y fueron suficientes, jajajaja