Episodio 1.16: El gran secreto de mi hermano |
Georgina sigue adelante con su plan de reconquistar a la vieja Serena a toda costa. Ella conoce sus oscuros secretos y la razón por la que un buen día abandonó a su familia y amigos y no tiene ningún reparo en hacérselo saber a su amiga, a través de un vídeo.
Jenny parece haber pasado el bache que estuvo a punto de sacarla de golpe de la cima de la popularidad luciendo nuevo y adinerado novio al resto de chicas del instituto, pero este tiene un secreto que tiene mucho que ver con Eric, el hermano de Serena.
A dos episodios de cerrar la temporada, las cosas se van precipitando y complicando para crear nuevos hilos por los que tirar el próximo año.
Se confirma algo que se veía venir desde el inicio de la serie y es la homosexualidad de Eric, el hermano de Serena. Su forma de ser y el intento de suicidio daban algunas pistas al respecto, pero lo que no esperaba era su vinculación con el nuevo novio de Jenny (toma coincidencia) y mucho menos que esta estuviese al tanto y sólo le utilizase como plataforma para permanecer en lo más alto, aunque su virginidad quedase en entredicho.
Siguiendo con Jenny y aunque estuvo bien verla como la nueva Blair durante un tiempo, es de agradecer que finalmente se derrumbe y vuelva a ser la inocente y dulce chica de los Humphrey.
Aunque tengo mis sospechas de que sus flirteos con el pijerío no se acaban aquí, la escena en la que acude rendida ante Blair y la disculpa a su familia (Rufus me cae cada vez mejor) son bastante emotivas.
Pero lo más relevante y predecible llega con Georgina y su absurdo plan para recuperar a Serena. Chantajearla, emborracharla, drogarla, e incluso desvelar la homosexualidad de su hermano en plena cena entran dentro de una mente tan retorcida como la suya, pero hacerse pasar por otra persona para conquistar a su novio y amigos y montar según qué circos, son más propios de un asesino en serie que de una adolescente medio loca.
Afortunadamente toda esta parafernalia que rodea a Georgina trae algo bueno y es darnos a conocer la verdadera razón por la que Serena se fue del Upper East Side sin despedirse de nadie, para volver meses después como una persona totalmente reformada.
El final del episodio en el que una derrumbada Serena le confiesa a Blair haber matado a un hombre, resulta del todo explosivo, pero como tantas otras veces, el desenlace será bastante light.
Episodio 1.17: Mujer en el arcén |
Serena ha desaparecido y nadie consigue dar con ella y Dan ha recibido la llamada de un camarero que la vio salir de allí con tres hombres.
Nate, Blair y Chuck no tardan en montar su particular gabinete de crisis y tras encontrarla y poner al resto de la pandilla al tanto de lo ocurrido aquella fatídica noche, no dudan en ir en busca de Georgina y zanjar el tema.
Mientras tanto, Dan es el único que no sabe nada de todo esto y tras romper con Serena, se refugia en los brazos de Sarah (Georgina, para los amigos), la única persona en la que cree poder confiar.
Lo que parecía que sería un terrible bombazo que afectaría a la vida futura de Serena y el principal motivo por el que se fue sin avisar del Upper East Side hace meses, resulta ser un triste accidente y se resuelve con extrema sencillez.
Detrás de aquella muerte no hay nada siniestro, simplemente se trata de un desafortunado accidente como consecuencia de una noche de sexo, drogas y alcohol.
Es cierto que era muy probable que los tiros fuesen por ahí, pero personalmente esperaba una resolución algo más amplia y con consecuencias prolongables en el futuro. Pero no, todo se resuelve en unos minutos y hasta Lily van der Woddsen parece sorprenderse menos de que su hija dejase morir a un hombre que de que su hijo pequeño sea gay y acaba llevándola a cerrar viejas cuentas pendientes con su pasado, como quien se va de compras.
Obviando esta trama que se resuelve con demasiada sencillez, volvemos al tema principal y es que lo que venía anunciando artículos atrás, finalmente se cumple.
Dan y Serena rompen por culpa de una Blair que prefiere decirle que su novia le ha puesto los cuernos a contarle la verdad y después de habernos martilleado con lo enamorado que está de su chica, de que desde pequeño la admiraba y de que su vida no valía nada hasta conocerla, Dan opta por no luchar ni pedir explicaciones y tomar la vía rápida besando a una Georgina cuya verdadera identidad desconoce.
Por otro lado y para regocijo mio, Rufus y Lily dejan de andarse por las ramas y acaban fundidos en un emocionado beso.
Después de preparar con esmero su vuelta a los escenarios para el concierto que organiza la revista Rolling Stone y en mitad de su canción, Rufus se encuentra en la misma situación que años atrás, con él cantando y una Lily sonriente entre el público. Es entonces cuando comprende que esa es su última oportunidad para recuperarla y abandona precipitadamente el escenario para hacer lo que ambos llevan mucho tiempo esperando.
Podría decirse que este es el típico episodio de final de temporada, ya que tiene rupturas, reconciliaciones, un final abierto y tenso, nuevas tramas incipientes y todos los detalles que suelen caracterizarlos, pero aún falta un episodio para acabar la temporada y no se me ocurre que más puede pasar para mantener esta linea y conseguir otro final inesperado o impactante.
Solo hay una forma de saberlo y es terminar de escribir estas lineas y ponerme a ello.
Episodio 1.18: Tanto sufrir para nada |
A pesar de haber pasado la noche con Rufus, Lily está dispuesta a seguir adelante con la boda. Este por su parte, probará un último intento apareciendo en la ceremonia para posteriormente irse de gira con su grupo.
Serena consigue al fin explicar todo lo ocurrido a Dan, pero este se muestra reacio a perdonar porque cree que debería habérselo contado mucho antes de que Georgina precipitase los acontecimientos.
Chuck y Nate arreglarán sus diferencias y el primero se armará de valor para intentar mantener una relación seria con Blair, después de que su amigo comprenda y asimile la situación.
Episodio bastante previsible y con un desarrollo algo forzado y poco sorprendente, vistos los últimos giros tomados en episodios anteriores. A pesar de todo, se cumplen la mayoría de mis pronósticos y se dejan varias puertas abiertas para la próxima temporada.
Para empezar, la relación de Lily y Rufus vuelve a quedarse en nada por enésima vez, cuando esta decide casarse con el padre de Chuck y dejar plantado al músico, a pesar de que este no tiene reparos en rebajarse una y otra vez (su aparición en la boda y su rollito de colega están muy bien, pero al padre Humphrey le falta un poco de mala leche y orgullo).
Como cabía esperar, Dan y Serena se dan un tiempo en su relación, pero todo ocurre de manera muy confusa y dispersa. En un principio los dos quieren continuar, luego uno de ellos se lo piensa mejor y después el otro, para volver a querer seguir adelante por todos los medios y finalmente dejar las cosas en el aire durante el verano. ¿Dónde ha quedado la bondad de Dan? ¿Dónde ha quedado ese fanatismo hacia Serena? ¿Por qué renunciar si ambos se han perdonado?
La corta relación entre Nate y Vanessa, que en mi opinión se había creado básicamente para cubrir minutos de serie, se rompe sin ningún tipo de aclaración y por una simple razón y es que esta esté disponible para que Dan vuelva a fijarse en ella y que él se acerque peligrosamente a Serena.
La forma en la que todo esto se desarrolla y deja entrever que algo pasará entre los cuatro durante el verano, es del todo forzada y precipitada y vuelve a reincidir en algo que creíamos ya pasado hace muchos episodios.
Chuck y Blair finalmente se dan una oportunidad para comenzar una relación pública seria. La mejor forma de comenzar su historia es compartiendo viaje juntos, pero en el último momento y tras una conversación padre e hijo, Chuck se da cuenta de que una vida de estabilidad, madurez y responsabilidad no está hecha para él.
Para suerte de ambos, un compañero de vuelo y una nueva lolita de las que tanto gustan a Bass, se cruzan en sus caminos para que ambos se carguen la relación antes de comenzarla. ¿No es una casualidad?
Termino con Jenny, de la cual no habíamos sabido nada desde su subida de los infiernos hace dos episodios y de la que nos enteramos de que acaba de recibir una especie de beca relacionada con el mundo de la moda. Como no podía ser de otra forma, sus prácticas serán en la firma de la madre de Blair, lo que nos garantiza nuevas peleas de gatas en el futuro.
En definitiva, casi todos los frentes abiertos para el segundo año están relacionados con las tramas sentimentales y como los creadores de la serie saben que eso es lo que engancha al espectador de la serie pues no han reparado a la hora de emparejar nuevamente a casi todo el reparto, a costa de forzar las cosas en poco tiempo.
Lo único que queda pendiente y que no está relacionado con los amoríos, es el bache que atraviesa la familia de Nate y que acaba de momento con la huida del padre de este. Esta situación nos regalará nuevas rayaduras de Nate como las que habíamos superado hacía ya más de media temporada.
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