La mayoría de vosotros despedísteis la serie hace ya unos meses. Yo decidí esperar al dvd y pegarme esos maratones lostianos que tan bien nos sientan. Cuarta review de la sexta y última temporada.
El último episodio nos dejó unas cuantas respuestas. Las famosas piedras blanca y negra (¿os acordáis de las que encontraron en las cuevas de la primera temporada?) hacen referencia al bien (el de Jacob) y al mal (hombre de negro). Los números malditos (4, 8, 15, 16, 23 y 42) corresponden al puesto que los elegidos ocupan en la lista (23 es Jack, 16 es Sayid) de sucesores al puesto de Jacob.
Por lo demás, hace tiempo que dejamos a Jin a manos de una desconcertante Claire. Sawyer se ha unido al bando de Locke (los que quieren salir de la isla), a pesar de que sabe que es uno de los candidatos. Richard logra escapar de Locke. Ilana, Ben, Sun y Lapidus han enterrado al Locke primigenio. El resto, siguen esperando en el templo (ya empieza a cansar el rollito de Dogen & company).
Nuevo episodio. Vayamos a la realidad fuera de la isla. Jack tiene una cicatriz de una operación de apendicitis, que aparentemente no recuerda (¿Juliett no le operó de eso mismo?), pero su madre sí (¿otra deja vù para Jack?). Pero la cicatriz no es lo más sorprendente en Jack, ya que ahora tiene un hijo. El típico adolescente que pasa con su padre un par de días al mes y al que, por norma, debe odiar (está claro que la vida de Jack está destinada a ser un sufrimiento).
En realidad de la isla, Jack, Hugo, Miles y Sayid siguen en el templo de Dogen. Hugo recibe una nueva visita de Jacob (está claro que Hurley es ahora, si no el líder, la piedra angular del grupo). Este le dice que alguien va a llegar a la isla y que tiene una misión para él, llegar hasta un faro (¿dónde ha estado todo este tiempo? ¿nadie lo vio?) y prepararlo para ella. Pero lo más importante de la misión es que debe ir con Jack (cabroncete el Jacob).
Mientras, en la selva, Claire tiene cautivos a Jin y a uno de los hombres de Dogen en una ponzoñosa choza que se ha montado (está claro que el koreano no se va a reencontrar con su mujer hasta el último momento). Confirmación número uno, Claire recuerda a Jin. Confirmación numero dos, está bastante loca.
Esta, que no parece querer matarle, le cuenta su historia. Su amigo (¿Quién será? más tarde lo veremos) le ha dicho que Aaron ha sido secuestrado por los hombres del templo (de ahí que aún mantenga con vida a uno de ellos).
Mientras que esta le amenaza con matarle para que le diga dónde está su hijo, Jin intenta por todos los medios que acabe con su vida. Para ello, le cuenta que su hijo está fuera de la isla y que fue Kate quien se lo llevó (error, amigo, grave error). Claire acaba con el hombre de Dogen de un brutal hachazo y demuestra, nuevamente, que está loca de atar cuando le dice a Jin algo así como "Menos mal que has mentido para proteger su vida, porque si fuera cierto que Kate se llevó a mi hijo, tendría que matarla".
El paseo de Jack y Hurley ha concluido. Han llegado al faro (repito, ¿nadie lo vio?). Hurley le explica a Jack que tienen que fijar unas coordenadas, 180 grados (saquen conclusiones sobre esta cifra) para que los que tienen que llegar a la isla lo hagan sin problemas (sí, ¡ya!).
Primer dato, una gran lista de números y nombres vuelve a aparecer, esta vez rodeando la rueda del faro (¿Por qué el de Shephard está tan marcado?). Segundo dato, en lugar de focos o bombillas, hay un complejo sistema de espejos. ¿Metodo rudimentario? ¡Ja! Un Gran hermano Jacobiano en toda regla.
En realidad, los espejos sirven para ver a los candidatos fuera de la isla, Jack no tarda en darse cuenta cuando, al pasar por su nombre, ve reflejada la casa donde se crió (la audiencia ha decidido...).
En ese momento, el medico entra en estado de furia y exige la presencia de Jacob. Este no aparece y a Hugo no le queda otra que ver como este se desahoga reventando todos los espejos del faro (¿Traerá consecuencias? En breve lo sabremos).
Acto seguido, Shephard se retira hasta un acantilado cercano a reflexionar. Hugo espera la inevitable visita de Jacob.
Antes de saber qué le cuenta Jacob a Hurley, volvamos al presente fuera de la isla.
El hijo de Jack resulta ser un virtuoso de la música. Este se entera de rebote y decide ir corriendo a las pruebas del conservatorio, en un último intento por recuperar el afecto de su retoño.
¿Datos destacables? Jack coincide con un trajeado Dogen que le habla de los hijos y demás. Jack e hijo mantienen una charla en la que el mayor deja claro que no quiere que su relación sea como la que vivió con su padre.
De vuelta al faro. Hurley le explica a Jacob que Jack ha enfurecido al ver las imágenes en los espejos y se los ha cargado (¿Él no se hace preguntas? ¿Tiene más información que no cuenta?). Se muestra preocupado por las repercusiones que puedan sufrir los que tienen que llegar a la isla, Jacob, para variar, permanece impasible.
Es en ese momento cuando Hurley descubre que lo del faro no era más que una excusa para que Jack viese lo que vio. "Tiene que comprender lo importante que es por sí mismo", le dice el hombre de blanco.
Acto final. De vuelta a Claire's home. Jin retira todo lo dicho sobre Kate y Aaron (si ha liado la que ha liado con el hacha con un negraco de dos metros, no queremos saber qué le hubiese hecho a la pecosa).
Claire está preparando un asalto al templo (ya era hora), pero no lo hará sola, de ahí que esté esperando a 'su amigo' (Toc, toc. ¿Quién es? Soy tu amigo. Pasa).
Sí señores, el amiguito de Claire no es otro que John -humo negro- Locke.
Fundido a negro. Fin.Continuará.
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