lunes, 26 de noviembre de 2007

[Crítica] Segunda temporada de "Me llamo Earl". Primera parte

Con esta triple crítica, inauguro mi repaso a la segunda temporada de las desventuras de nuestro amigo Earl Hickey y su inseparable hermano Randy.


"¿Han pensado en ese tipo que solo comete malas acciones y se pregunta por qué su vida es una mierda?"
Así comenzaba el episodio piloto de una de las mejores comedias de los últimos tiempos.
Con un humor descarado, vulgar y en ocasiones bastante soez, "Me llamo Earl" supone un nuevo punto de inflexión en la gran cantidad de series cómicas estadounidenses, que plagan las parrillas televisivas.

2x01_Cosas muy malas

Joy compra un mueble que no consigue meter en su carabana y que posteriormente intenta devolver sin el resultado esperado, tras deteriorar el ticket de venta.
Al sentirse estafada, no se le ocurrirá otra magnífica idea que robar un camión de la empresa, con un empleado en su interior.

A pesar de que el eje sobre el que gira "Me llamo Earl", es la lista de malas acciones de este, en el primer episodio de la segunda temporada, Earl se ve obligado a dejarla de lado para poder ayudar a una histérica Joy.

Como en aquel episodio de la primera temporada en el que Earl ayudaba a su ex-mujer a huir de una furiosa cazarecompensas, la química entre ambos personajes es magnífica y es una auténtica gozada ver como los dos descerebrados (sin mencionar a Randy) intentar planificar una absurda solución para el secuestro accidental.

Además y como novedad en la serie, nos introducen en una trama que tendrá continuidad a lo largo de la temporada, rompiendo así el esquema de episodios autoconclusivos.

Earl: Randy, ¿crees que Joy ha ido a la cárcel por mi culpa?
Randy: Intento dormir. ¿No puedes esperar hasta mañana?
Earl: Tu me despertaste anoche, para preguntarme si creo que a los monos les preocupa su aspecto.
Randy: ¿Crees que sí?
Earl: Ya te lo dije. Si les preocupara, llevarían pantalones.

2x02_Salta por Joy

Joy se arriesga a pasar unos cuantos años entre rejas. Earl engañará a Catalina para que vuelva a bailar al club de striptease, para poder pagar la fianza de su ex-mujer.
Como cabe esperar, Catalina acabará enterándose del plan de Earl y se negará a seguir adelante.

Earl se enfrenta a algo más duro que enmendar todas sus malas acciones y es intentar convencer a Catalina, de que le ayude para sacar de la cárcel a la mujer a la que más odia: Joy.

En este segundo episodio vemos a un Earl superado por sus propias limitaciones y a punto de explotar, viendo como es incapaz de resolver el entuerto.
Afortunadamente, Catalina decide en el último momento, dar su brazo a torcer y ayudar a Joy.
Como resultado, tenemos veinte minutos llenos de buenos momentos, pero en los que se echa en falta a Earl rememorando viejas "hazañas", e intentando compensar a sus víctimas.

Randy: Si tuviera una pistola llena de vodka, dispararía a los polis para que no estubieran enfadados.
Earl: Creo que seguirían enfadados.
Randy: ¿Pero si tendrían vodka gratis? Voy a probarlo
Earl: Pues aprovéchalo, porque podrás hacerlo solo una vez.

2x03_Palos y piedras

Earl intenta enmendar algo de su lista: "Me reí de una chica con bigote".
Cuando consigue encontarla, se da cuenta de que su ex-compañera no solo ha superado su complejo, sino que vive de ello.
Ante esta inesperada situación, Earl no sabrá como compensarla.

Earl vuelve a su objetivo principal, que es la lista, mientras que Joy intenta lidiar " a su modo" con su nueva abogada.
A pesar de que Earl lleva el peso del capítulo, Joey consigue por momentos eclipsarle con estupendas escenas, como la que tiene lugar mientras lee el libro "Leyes para tontos", sin enterarse de nada, junto al siempre genial "hombre cangrejo", que intenta explicarle los dibujos explicativos.

Joy: Me hace falta una "Guía para tontos", para la "Guía para tontos". Esto está en latín y no entiendo los puñeteros dibujos.
Hombre cangrejo: Pues este es fácil. El camello demanda a la tortuga por daños, porque sabía que la piedra era resbaladiza y le causaría lesiones, además de negarle la libertad para cruzar el arroyo.
Por lo tanto, la tortuga es responsable.
Joey: ¡Anda ya! Es una llama, no un camello, imbécil.


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