One Tree Hill: La segunda temporada episodio a episodio (II)

Con la llegada del verano y a pesar de tener muchas series pendientes, me ha entrado cierto gusanillo de revisionar la serie desde el primer episodio.


[CONTIENE SPOILERS]

Episodio 2.04: No siempre se consigue lo que se quiere

Peyton quiere organizar una noche de música en directo para jóvenes, pero por mucho interés que le ponga no hace más que recibir negativas por parte de locales y discográfcas. Casualmente, Karen se plantea abrir un nuevo negocio y se le ocurre aprovechar la idea de la música en directo y contar con su ayuda.
Por otra parte, Brooke intenta asimilar que su familia está en la ruina y conocer a Félix, el nuevo vecino, no ayuda en absoluto.



Como ya avanzaba, a partir de este cuarto episodio empiezan a sentarse las bases de lo que será la segunda temporada.
Para comenzar y evitar que la serie caiga en un continuo bucle, es inevitable la llegada de nuevos personajes que le den un poco de aire fresco a las tramas (aunque ya debatiremos sobre la necesidad o no de determinados fichajes).
Por un lado tenemos al nuevo profesor de Karen, un tipo rico y joven que lo ha dejado todo para dar clases en la universidad y que empieza a sentir curiosidad por su nueva alumna. Hasta aquí nada que objetar y más teniendo en cuenta la necesidad de un tercer jugador en la historia entre Keith y Karen para darle a esta más interés.
Por otro lado está Félix, el nuevo vecino de Brooke. Es arrogante, creído, prepotente y con una preocupante falta de masa encefálica y hasta podría decirse que es la versión masculina de Brooke. ¿Cual es el problema? Que a Brooke ya se le ha cogido cariño, pero Felix se hace pesado hasta para odiarle.

En la incipiente relación padre e hijo entre Dan y Lucas, ambos comparten una excitante carrera de coches contra Félix. Todo va fenomenal, se rién, charlan sobre música y parece que nunca hubiesen estado separados, pero ese buen rollo cambia cuando Dan intenta regalarle a Lucas el lujoso coche y este lo interpreta como un gesto para llevárselo a su terreno. Además y como muestra de que el viejo Dan no ha muerto, se enfrenta con Keith para que despida a Nathan del concesionario. ¿Realmente es sincero lo que Dan siente por Lucas? ¿Quiere que Nathan fracase para volver a tenerle junto a él o para verle sufrir? ¿Forma parte de su espectáculo de marionetas? Aunque yo ya he visto un par de veces la temporada, me cuesta distinguir entre sus momentos de manipulación y los sinceros ¡maldito efecto fénix!

Para terminar, el matrimonio entre Nathan y Haley sufre un pequeño bache cuando este decide invertir el dinero destinado para comprar un coche en un teclado para que su esposa se dedique a su gran pasión, la música.
Hay que reconocer que es un gesto precioso y que demuestra lo que Nathan quiere a Haley, pero los que ya hemos visto la serie no podemos dejar de pensar en lo significativo de ese teclado y en las consecuencias que traerá en un futuro no muy lejano.

Episodio 2.05: La noche del reto

Félix organiza una noche de diversión para conocer hasta qué límites pueden llegar sus nuevos amigos. Durante sus respectivos retos, Peyton se sincera sobre su acercamiento a las drogas y Lucas conoce a una misteriosa chica llamada Anna y que resulta ser la hermana de Félix.
Keith empieza a fijarse en Jules, una mujer que acude al concesionario para comprar un coche y que empieza a coquetear con él y Karen se prepara para una cita con Andy, su profesor.



Ya había dicho que la segunda temporada tardaría algo en despegar, también que los nuevos personajes se irían incorporando poco a poco (ya conocemos a la mayoría) y que los típicos episodios de relleno de mitad y final de temporada los veríamos justo al principio.
Afortunadamente estos episodios tan poco trascendentales tienen la virtud de ser un mero entretenimiento y de no ahondar en los dramas y miserias de los personajes (esos ya llegarán).
Si en los anteriores habíamos asistido a las diversas celebraciones por el matrimonio de Haley y Nathan, en este tenemos a nuestros amigos inmersos en una noche de retos propuesta por el banal y absurdo Félix.

Los retos van desde robar un animal del zoo, hasta hacer lo propio con las monedas de la fuente de los deseos, e incluso dejarse golpear de forma repetida por bolas de baseball o disfrazarse de exploradora para vender galletas por las casas.
Pero detrás de estas novatadas Félix tiene bien planificada una cita encubierta con Brooke, a la que esta reaccionará de un modo desigual (es lo lógico si una cena romántica acaba con el chico huido y llamándote por teléfono para que escapes sin pagar).

Mientras todos se lo toman con el humor que requiere la noche, Peyton es la que aprovecha la situación para confesar en la iglesia su metedura de pata con las drogas.
Desde ya anuncio que este tema lo voy a dejar pasar dado el patetismo de la situación y lo mal que se aprovecha en los episodios siguientes.
Vale que se intente escandalizar al espectador con la decisión de Peyton de tomar drogas con tal de complacer al manager de varios grupos. Vale que la joven se vea medio obligada a hacerlo para conseguir su objetivo. Pero ¿ese manager ya crecidito sellando tratos con cocaína y en plan pandillero de instituto que piensa que fumar y hacer pellas es guay?
Creo que este tema se ha llevado muy mal (de ahí la poca repercusión) y se podría haber planteado mucho mejor el bache de Peyton y alguna posible adicción.

Y Lucas ¿qué puedo decir de Lucas? Pues que nuevamente conoce a una misteriosa chica en mitad de la noche y sin saber que es la hermana de Félix.
Siempre nos queda el consuelo de pensar que Anna no es Nikki y que Lucas quiere dejar atrás su pasado y hacer las cosas bien con sus nuevas relaciones. Pero lo que me da mucho miedo es que cada vez que sale de noche solo, acaba conociendo a alguna atractiva chica, que generalmente está emparentada con algún conocido y que tarde o temprano le traerá problemas.

Episodio 2.06: También podríamos ser extraños

Llega la lluvia de meteoritos de Tree Hill y las parejas están más unidas que nunca. Andy prepara una cena al aire libre para Karen, Keith cocina para Jules, Lucas y Anna disfrutan en la cancha, Deb y Dan comparten vistas en la casa de la playa y Brooke y Félix comienzan su relación con condiciones.
Mientras, Peyton organiza unas audiciones para buscar grupos para el Tric, el nuevo club de Karen. Haley y el recién conocido Chris Keller, son las mejores opciones.



A las incorporaciones de Félix, Anna, Andy y Jules hay que añadir la llegada de última hora de Chris Keller.
Keller, interpretado por el músico Tyler Hilton, es el que a partir de este momento pondrá en peligro constante la relación entre Haley y Nathan.
Al igual que Félix, es chulo, repelente y prepotente. Pero al contrario que este, tiene un cierto toque de mala leche perfecto para bajar de su nube al resto de personajes.
Desde que empezó la serie siempre he tenido la necesidad de que hubiese algún personaje (que no fuese carne de gimnasio y de encefalograma plano) que se dedicase a criticar determinadas actitudes moralistas y prefabricadas de cada uno de los personajes y Chris es el perfecto candidato.

Dan, al que teníamos un poco abandonado, comienza a dar muestras de la persona que fue antes del infarto y deja de ser ese enfermo desvalido y empanado para volver a mover los hilos a su antojo. Tras la noticia de su alta médica, este opta por mentir a su todavía mujer Deb y obligarla moralmente a seguir a su lado hasta que se recupere.
Esta, que aún se siente culpable por haber demorado la llegada de la ambulancia el día del infarto, no duda de la palabra del hombre que un día quiso hundirla en la miseria y acepta cada petición de Dan (incluida una velada en la casa de la playa).

Por lo demás, tenemos a un montón de parejas disfrutando de sus citas (Lucas y Anna comparten una inocente velada en la cancha, Deb y Dan recuerdan los viejos tiempos, Karen y Andy disfrutan de una romántica cena junto al lago...) para la lluvia de estrellas y una relación entre Keith y Jules que empieza a dar sus frutos de manera sospechosamente perfecta.

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