Especial: Mis 50 series de la década (IX)

Estamos a una semana de acabar año y con él la primera década del 2000. En estos años son muchas las series que nos han marcado y estas son las mías.



No soy muy amigo del canal Showtime. No dudo en que sus series son de calidad, pero sí que opino que hacen un uso excesivo y a veces injustificado de esa libertad que facilita el ser una serie para el cable. "Weeds" tiene buenas virtudes entre muchos defectos, "Californication" nunca me pareció una serie que mereciese la pena, pero "Dexter" me parece una gran serie a tener en cuenta.
Sus protagonistas rozan la perfección (adoro a Michael C. Hall, Jennifer Carpenter tiene un gran potencial y Julie Benz me vuelve loco), su ambientación es magnífica y sus guiones, aunque basados en las novelas, te atrapan.


No entiendo por qué todo aquel que se considera seriéfilo reniega de "C.S.I.", "Sin Rastro", "Mentes Criminales", "Caso Abierto" o cualquier procedimental. ¿Acaso solo son buenas aquellas series cuyo argumento se complica hasta llegar al subrealismo o que necesita de cien episodios para llegar a una resolución?
"C.S.I. Las Vegas" sentó las bases de un nuevo estilo de drama televisivo y diez años después sigue en plena forma. Por eso, le pese a quien le pese se merece estar entre los diez finalistas.


Muchos hablan de "The Wire" y de su increíble y sobrecogedor realismo (puede que estuviese en esta lista de haberla visto, pero ese día aún no ha llegado), pero para mí, "The Shield" es esa serie.
En "The Shield" no hay ni buenos ni malos, simplemente hay personas que se ven obligadas a actuar de una cierta manera en determinadas circunstancias. "The Shield" es de esas series que te hacen replantearte aquella pregunta de ¿El fin justifica siempre los medios?. "The Shield" es una de las grandes y desgraciadamente no ha tenido en España la repercusión que merece.


Cuando la Fox canceló "Angel" y me enteré de que David Boreanaz protagonizaría una nueva serie al estilo "C.S.I.", mis temores y la curiosidad crecieron a la par. En un primer visionado de la temporada inaugural no supe cogerle el punto (me costaba mucho separar a Angel de Booth), pero en un segundo pasó a ser una de mis series de referencia.
Como ya he dicho muchas veces, "Bones" no son sus casos, son sus personajes.


La primera temporada no era más que un calco de su predecesora británica. Era buena, divertida e inteligente, pero le faltaba ese puntito yankie que la hiciera más subrealista y desternillante. En la segunda temporada se tomaron más libertades y ya en la tercera "The Office" se convirtió en la joya de la comedia que es hoy en día. ¡Viva Michael Scott, viva "The Office"!
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